Grecia
Grecia es un país en el que nos sentimos muy a gusto. Hemos estado juntos solamente dos veces, y en ambas ocasiones hemos disfrutado mucho de sus gentes, su comida, sus paisajes, su historia... Cuando estamos en Grecia, tenemos la sensación de que todo está dispuesto para el disfrute.
También tenemos que decir que nunca hemos visitado el país en verano, así que nos hemos ahorrado haber sufrido el calor apabullante típico de esa época del año. Nuestro primer viaje a tierras helenas fue un mes de septiembre, en el que aterrizamos en su capital, Atenas; desde allí visitamos en ferry algunas de las islas más conocidas, Santorini y Mykonos entre ellas. Fue un viaje muy agradable porque esa época del año suele gozar de muy buena temperatura, pero ya ha quedado atrás la temporada alta, por lo que la afluencia de gente y los precios de los alojamientos bajan considerablemente. Nuestra segunda incursión fue una Semana Santa, así que tampoco sufrimos los rigores estivales. En esa ocasión decidimos alquilar un coche nada más aterrizar en Atenas y hacer un recorrido por los principales lugares turísticos (y otros que no lo son tanto) de la parte peninsular del país. Esta ruta nos llevó a conocer el Peloponeso y, haciendo kilómetros, llegamos hasta Meteora, sin duda un lugar único en el mundo. Tenemos la sensación de que ya hemos visitado los rincones más interesantes del país. Sin embargo, no cerramos la puerta a una nueva visita: al fin y al cabo, en Grecia nos sentimos como en casa. |