Francia
Lyon
Según todas las guías y revistas de viajes, Lyon es la capital gastronómica de Francia. Basta pasar allí un par de días para darse cuenta de que llevan razón. Un fin de semana en Lyon significa volver con la cartera más vacía y con el estómago bastante más lleno. Aquí se puede dar rienda suelta al pequeño gourmet que muchos llevamos dentro y disfrutar a base de bien.
Fourvière
Sin duda, la mejor zona para iniciar la visita de la ciudad es subir a la colina de Fourvière, desde donde hay una magnífica panorámica. Sin embargo, conviene no hacerlo muy temprano porque entonces da el sol de cara, con los consiguientes problemas a la hora de tomar fotos.
Fourvière
Sin duda, la mejor zona para iniciar la visita de la ciudad es subir a la colina de Fourvière, desde donde hay una magnífica panorámica. Sin embargo, conviene no hacerlo muy temprano porque entonces da el sol de cara, con los consiguientes problemas a la hora de tomar fotos.
En lo alto de la colina se encuentra la Basilique Notre-Dame de Fourvière. Para llegar hasta allí decidimos tomar el funicular que parte de la estación de metro de Vieux Lyon (los valientes que suban caminando y que nos lo cuenten después). Una vez visitada la Basílica y hechas las fotos de rigor desde el mirador de al lado, bajamos caminando (esta vez sí) y comenzamos viendo el Anfiteatro y el Odeón romanos (Théâtres Gallo-romains).
Continuamos la bajada por los jardines que hay en la ladera (desgraciadamente en el mes de octubre no estaban muy floridos) hasta llegar al Lyon histórico, que es el barrio de St-Jean, en la orilla oeste del Saona. Allí recorrimos la rue St-Jean de arriba abajo para desembarcar en la Place Saint Jean, donde se encuentra la Cathédrale St-Jean. En esa calle, además de multitud de comercios y restaurantes hay un museo miniaturas y decorados de películas bastante curioso.
Presqu’île
La zona con más vidilla de la ciudad es la que se encuentra entre los ríos Rhône (Ródano) y Saône (Saona), y es lo que llaman el Presqu’île (para los que no estén muy familiarizados con la lengua de Molière, se traduce como la “casi isla”). El centro de esa zona es la place Bellecour (donde se encuentra la oficina de turismo).
La zona con más vidilla de la ciudad es la que se encuentra entre los ríos Rhône (Ródano) y Saône (Saona), y es lo que llaman el Presqu’île (para los que no estén muy familiarizados con la lengua de Molière, se traduce como la “casi isla”). El centro de esa zona es la place Bellecour (donde se encuentra la oficina de turismo).
De ahí salen dos calles peatonales llenas de tiendas para todos los gustos y bolsillos: la rue Victor Hugo hacia el sur y la rue de la République hacia el norte, que desemboca en la place de la Comédie. En esta plaza podemos admirar el Teatro de la Ópera, con la famosa cúpula de Jean Nouvel. Al lado de esta plaza está la place des Terreaux, donde destacan el Ayuntamiento y el Museo de Bellas Artes.
También en el Presqu’île se encuentra la rue Mercière, la calle con más restaurantes por metro cuadrado de la ciudad. O habría que decir con más bouchons lyonaises. Los bouchons son restaurantes donde sirven especialidades locales regadas con el vino de la zona.
Para comer también son muy típicas las Martines, que son unas tostas con un montón de ingredientes encima. Nosotros las probamos en Pain & Cie y nos resultaron especialmente apetitosas.
Para comer también son muy típicas las Martines, que son unas tostas con un montón de ingredientes encima. Nosotros las probamos en Pain & Cie y nos resultaron especialmente apetitosas.
Es muy recomendable pasear por las veredas de cualquiera
de los dos ríos. Es un paseo agradable, se pueden observar los numerosos
puentes que atraviesan los ríos y cabe la posibilidad de encontrarse con alguna
grata sorpresa, como el mercado que ponen entre el quai des Celestins y el quai
St-Antoine. Nosotros pasamos por ahí un sábado por la mañana, y además de
multitud de puestos de frutas y verduras, hay también muchos otros de marisco
en general y ostras en particular (además con ostras de diferentes tamaños y
precios), de quesos, de pan… en fin, lo típico de los franceses.
El barrio de la Croix-Rousse
Este barrio se encuentra en la zona norte del Presqu’île, y es una de las zonas más auténticas de la ciudad. Está situado en una colina, con lo que cada dos por tres nos encontramos con zonas desde las que había una panorámica espectacular de la ciudad. Para dar una vuelta por él lo mejor es ir hasta la parada de metro de Croix-Rousse que se encuentra en el boulevard de la Croix-Rousse y que es la calle principal de la zona. Nosotros fuimos un domingo por la mañana y si bien el barrio estaba un poco apagado, había un mercado de comida a lo largo del boulevard bastante apetitoso. Veréis que hacemos mucha referencia a la comida, pero es que en esta ciudad es inevitable.
¡Y todavía no hemos llegado al plato principal!
Los muros pintados de Lyon
Repartidos por toda la ciudad hay una serie de muros pintados que en nuestra opinión merecen la pena verse, o al menos algunos de ellos. Están muy bien hechos y en un magnífico estado de conservación, lo cual quiere decir que o en Lyon no hay vándalos, o se dedican a destrozar otro tipo de cosas. Entre los que nosotros vimos se encuentra el des canuts, del que dicen es el fresco más grande de Europa.
Este barrio se encuentra en la zona norte del Presqu’île, y es una de las zonas más auténticas de la ciudad. Está situado en una colina, con lo que cada dos por tres nos encontramos con zonas desde las que había una panorámica espectacular de la ciudad. Para dar una vuelta por él lo mejor es ir hasta la parada de metro de Croix-Rousse que se encuentra en el boulevard de la Croix-Rousse y que es la calle principal de la zona. Nosotros fuimos un domingo por la mañana y si bien el barrio estaba un poco apagado, había un mercado de comida a lo largo del boulevard bastante apetitoso. Veréis que hacemos mucha referencia a la comida, pero es que en esta ciudad es inevitable.
¡Y todavía no hemos llegado al plato principal!
Los muros pintados de Lyon
Repartidos por toda la ciudad hay una serie de muros pintados que en nuestra opinión merecen la pena verse, o al menos algunos de ellos. Están muy bien hechos y en un magnífico estado de conservación, lo cual quiere decir que o en Lyon no hay vándalos, o se dedican a destrozar otro tipo de cosas. Entre los que nosotros vimos se encuentra el des canuts, del que dicen es el fresco más grande de Europa.
Parc de la
Tête d’Or
Los domingos por la mañana con buen tiempo da gusto pasear por un parque. Nosotros además lo hicimos en otoño y pudimos disfrutar de la variedad de colorido de las hojas de los árboles. Este parque tiene un lago bastante grande en el centro en el que se puede alquilar el típico bote y remar un poco, y un pequeño zoo y un jardín botánico (ambos gratuitos). Visita obligada si se viaja con niños.
Los domingos por la mañana con buen tiempo da gusto pasear por un parque. Nosotros además lo hicimos en otoño y pudimos disfrutar de la variedad de colorido de las hojas de los árboles. Este parque tiene un lago bastante grande en el centro en el que se puede alquilar el típico bote y remar un poco, y un pequeño zoo y un jardín botánico (ambos gratuitos). Visita obligada si se viaja con niños.
Mercado Les Halles
El mercado Les Halles de Lyon es el mejor mercado que hemos visitado en nuestra vida. A estas alturas ya os habréis dado cuenta que probar la gastronomía del lugar es un punto muy importante para nosotros en un viaje. Pues este mercado desborda todo lo imaginable. Está plagado de tiendas delicatessen de todo tipo, hay otras con comida para llevar que te dan ganas de llevártela toda, hay una chocolatería donde se te cae la baba… En fin, que solo de recordarlo se nos abre el apetito.
El mercado Les Halles de Lyon es el mejor mercado que hemos visitado en nuestra vida. A estas alturas ya os habréis dado cuenta que probar la gastronomía del lugar es un punto muy importante para nosotros en un viaje. Pues este mercado desborda todo lo imaginable. Está plagado de tiendas delicatessen de todo tipo, hay otras con comida para llevar que te dan ganas de llevártela toda, hay una chocolatería donde se te cae la baba… En fin, que solo de recordarlo se nos abre el apetito.
Un pequeño vídeo para terminar.