India
Curiosidades
Habíamos leído acerca de la
costumbre que tienen en la India de preguntar cosas personales, pues para ellos
no tiene la connotación que pudiera tener en países de Europa Occidental. Sin
embargo, no dejó de chocarnos que todos y cada uno de los guías que tuvimos nos
hicieran preguntas del tipo de a qué nos dedicamos, si nuestras profesiones
están bien remuneradas, si estábamos casados y/o si teníamos niños o pensábamos
tenerlos, y cosas por el estilo. Nosotros, que somos muy curiosos y un tanto
preguntones también, entendíamos que no es desconsiderado hacer ese tipo de
preguntas a un desconocido, así que cuando ellos terminaban su batería de
preguntas, contraatacábamos con las nuestras, aunque más bien relacionadas con
las costumbres y la cultura del país. Así nos enteramos, por ejemplo, que el
guía de Nueva Delhi, que tenía 28 años, se iba a casar con una chica que no
conocía y con la que había hablado por teléfono 2 minutos, ya que se la habían
buscado sus padres. También nos contó que él le daba todo el dinero que ganaba
a su hermano mayor con quien vivía en la ciudad, ya que sus padres vivían en
una zona rural, para que lo gestionase como considerara oportuno. Nos dijo que
si su futura esposa quería tener un trabajo no le parecía demasiado mal y lo
aceptaría. Y que por supuesto no dejaría de tener hijos hasta conseguir un
varón.
La siguiente panorámica del Taj Mahal fue tomada desde el Fuerte de Agra. Cuenta la leyenda que cuando se terminó la construcción del mausoleo, el emperador Shah Jahan tuvo la idea de construir otro idéntico al otro lado del río Yamuna, pero en esa ocasión de azabache en vez de mármol, de manera que fuera uno blanco y el otro negro. Se supone que el hijo, escandalizado por el oneroso coste del proyecto, encerró al padre en el Fuerte y le sustituyó al frente del Imperio. Sin embargo, tuvo la delicadeza de dejarle en una celda desde la que pudiera ver el Taj Mahal, donde estaba enterrada su amada Mumtaz Mahal. Si esta historia fuese verdad, esta sería la bonita vista del depuesto emperador desde su prisión.
Una actividad constante durante nuestro viaje fue la visita de tiendas de diversas especialidades. No es que nosotros tuviésemos mayor o menor interés, es que formaba parte de los itinerarios que nos ofrecían los guías en las ciudades. Y en todos los sitios fue lo mismo: una pequeña explicación de en qué consistía su trabajo, tras lo cual pasábamos por la tienda y trataban de vendernos algo. Así, vimos cómo trabajaban el mármol, en una tienda donde luego trataron de vendernos figuras hechas con ese material; vimos cómo trabajaban el hilo, y después intentaron vendernos ropa o mantelería; vimos cómo manejaban las joyas, y luego quisieron que nos trajésemos alguna alhaja de recuerdo; y en la última no vimos cómo se hace un estampado, sino que lo hicimos nosotros mismos, y después, claro está, intentaron que nos lleváramos alguna alfombra.
Entre las cosas más curiosas que nos encontramos durante nuestro viaje a la India fue este top manta navegando por el Ganges, en la ciudad de Varanasi. Los chicos llevaban una televisión y un reproductor de DVD, suponemos que para comprobar que los DVD's que vendían estaban en buen estado.
El coche más popular en la India es el Ambassador. Todos los que utilizamos en nuestro viaje eran de ese modelo, y las ciudades estaban repletas de ellos. Y curiosamente siempre eran de color blanco.
Claro que el que nosotros usamos en nuestra última parte del trayecto tenía un extra que no venía de serie: dos cosas colgadas de la matrícula delantera que no eran sino dos amuletos: según nos contó nuestro conductor (o al menos eso creímos entenderle), cuando se va a hacer un viaje largo por carretera es muy habitual en la India ir a un santero para que haga un amuleto de la buena suerte para prevenir accidentes. En nuestro caso fue efectivo, aunque no nos libró de pinchar una rueda en medio de ninguna parte.
Si el Ambassador es el coche por excelencia, el tuctuc es el transporte rey. Los hay a miles por todas partes y en todas las ciudades. Algunos llevan taxímetro, pero siempre está roto, y en ocasiones se comparte, suponemos que para abaratar el precio de la carrera.
Y terminamos esta sección con la demostración de que la vaca es un animal sagrado en la India. Esta imagen fue tomada en Jhansi, mientras esperábamos el tren que debía llevarnos hasta Agra, y que venía por esa misma vía. La vaca continuó caminando por dicha vía, y para cuando nuestro tren llegó a la estación, el animal había desaparecido a lo lejos.
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