Australia
Nochevieja en Sydney
El día
siguiente era 30 de diciembre, así que volamos de vuelta a Sydney porque
queríamos pasar la Nochevieja allí.
Para nuestros 2 últimos días en Australia (¿ya había pasado casi un mes?) habíamos reservado un hotel en el Olympic Park donde se celebraron las Olimpiadas del año 2000. Fue de los pocos hoteles que nos permitió reservar sólo para dos noches, ya que la inmensa mayoría de los hoteles de Sydney obligan a reservar 7 noches para pasar la Nochevieja allí (aparte de que cobran una auténtica fortuna por cada noche). Tal es la afluencia de gente de fuera (extranjera o no) que tienen. Lo típico el día de Nochevieja en Sydney es buscar un buen sitio para ver los fuegos artificiales que tiran desde la bahía y desde el puente. Ese día fletan una infinidad de barcos que se pasean por la bahía, y es una manera de disfrutar de los fuegos. Nosotros habíamos preguntado por alguno cuando llegamos a la ciudad al principio de nuestro viaje, y nos habían pedido tranquilamente entre 400 y 500 dólares por persona. Al menos el precio incluía bebida y comida. Como nos había parecido una locura, optamos por el plan B: buscar un sitio en alguno de los muchos entrantes que hay a lo largo de la bahía. Y en eso anduvimos la mañana del 31 de diciembre. Tras descartar varias zonas, al final descubrimos un parque que tenía una vista increíble, el Cremorne Point.
La policía que estaba ya por allí nos dijo que si queríamos coger sitio debíamos llegar pronto, sobre las 5 o las 6 de la tarde. Y es que la gente lo que hace es tomarse el 31 como un día de picnic. Se van a algún sitio desde el que se vea bien y se llevan la merienda, la nevera con las bebidas, las mesas y las sillas plegables, incluso algunos instalan la tienda de campaña. Así que, por aquello del allá donde fueres haz lo que vieres, nos compramos unas cuantas cosas de comer y beber, cogimos unas toallas y nos fuimos a pasar la tarde a Cremorne Point. Llegamos a eso de las 6 y media y ya estaba lleno de gente.
A las nueve de la noche hicieron una primera tanda de fuegos artificiales, pero el gran momento llegó a las doce de la noche. Había fuegos desde varios puntos de la ciudad y estaban fenomenalmente bien sincronizados. Después de toda la vida viendo esta celebración por televisión en España en el Telediario de las tres de la tarde, estábamos en la otra punta del planeta para verlos en vivo.
Fue un gran final para un gran viaje. |