Estados Unidos
Arches-Canyonlands Arches National Park
El día siguiente volvimos a levantarnos pronto y nos fuimos directos al parque Arches. Fue una de las sorpresas del viaje. El nombre de este parque nacional viene porque en su perímetro hay más de 2000 arcos de piedra. Evidentemente no vimos todos, pero sí los más conocidos. Comenzamos la visita parando en los tres puntos panorámicos que hay nada más entrar al parque: Park Avenue Viewpoint, Las Sal Mountains Viewpoint y Courthouse Towers Viewpoint. Continuábamos con el enigma de quién le pondría los nombres a los sitios, aumentado en este parque por quién le habría puesto los nombres a los arcos que iríamos viendo. En estas tres paradas pudimos ver curiosas formaciones de las rocas, como las Three Gossips, la Tower of Babel y la Sheep Rock. En el caso de esta última sí comprendimos el nombre, pues tiene una clara forma de oveja.
Cuando nos cansamos de hacer fotos, continuamos hasta la Balanced Rock, curiosa formación en la que una roca parece hacer equilibrio sobre otra. Allí recorrimos el corto sendero que la rodea.
Continuamos hasta The Windows Section, donde hicimos el sendero que llega hasta el Turret Arch y el que rodea las South y North Windows. Aquí la cosa comenzó a ponerse realmente interesante. El Turret Arch es bastante sorprendente, pero lo son más las dos Windows, dos arcos enormes que vistos desde el Turret Arch parecen dos ojos.
Cuando bordeamos las dos “ventanas”, bajamos caminando hasta el Doble Arch. En este parque, el apelativo de “curiosa formación” se nos agotaría si tuviéramos que decirlo de cada arco o zona que nos lo pareció, así que todo se considerará tal, salvo que indiquemos lo contrario. Porque realmente nos pareció que este parque estaba lleno de “curiosas formaciones”, especialmente algunos de los arcos.
Así pues, una vez visto el Doble Arch, llamado así porque hay un arco detrás de otro, volvimos al coche y nos fuimos hasta el Sand Dune Arch. Para llegar hasta este arco tuvimos que caminar sobre una especie de arena de playa que se metía por todas partes. El mapa del parque que nos dieron a la entrada lo catalogaba como ideal para ir con niños, así que, como era de esperar, estaba lleno de ídem.
De ahí nos desplazamos hasta el final del parque para hacer la caminata más larga y difícil de todas las que hicimos. Aparcamos en la zona de Devils Garden, llenamos la mochila de botellas de bebidas energéticas y de agua que habíamos comprado la noche anterior en el supermercado, y nos dispusimos a llegar hasta el final del sendero.
En el camino pudimos admirar el Tunnel Arch, el Pine Tree Arch y el Landscape Arch, este último sin duda uno de los más espectaculares, por ser muy largo y muy fino. Hasta allí la caminata había sido tranquila. A partir de ahí tuvimos que caminar sobre rocas, subiendo y bajando con calma algunas zonas para poder continuar nuestro camino.
Tomamos el desvío para ver el Navajo Arch y el Partition Arch, y continuamos hasta llegar al Double O Arch. Habíamos decidido verlos todos a la ida, para que el camino de vuelta se nos hiciera un poco más llevadero. Y por fin, hicimos un último esfuerzo para llegar al Dark Angel, que era el final de la caminata y que no era un arco, sino una piedra erguida. De ahí volvimos al Double O Arch, llamado así por tratarse de arcos uno encima del otro, donde habíamos localizado una sombra, y descansamos un rato. Las sombras a lo largo de este camino eran escasas, y aunque no hacía un calor desorbitado, necesitábamos estar un rato a cubierto. Cuando todas las moscas del parque estuvieron a nuestro alrededor y nuestro descanso se hizo insoportable, continuamos la ruta ya sin parar hasta el coche. Fue otro gran esfuerzo en nuestro viaje, pero realmente mereció la pena.
Comimos las viandas que nos habíamos llevado para no tener que volver a Moab y seguimos hacia la zona de Delicate Arch, lo último que nos quedaba de ver en Arches. Comenzamos viendo el Lower y el Upper Delicate Arch Viewpoint, que ofrecían una vista un tanto lejana de este arco. Tras esto, fuimos con el coche hasta Wolfe Ranch, donde comenzaba la caminata para llegar hasta el mismo arco. El Delicate Arch es uno de los arcos más famosos de Arches, si no el que más, y lo habitual es ir a ver el atardecer hasta el mismo arco, ya que el sol está en la espalda y se puede ver cómo el arco va cambiando de color según se va yendo el sol. Pensamos que como estaba nublado y no eran más de las cinco de la tarde, no habría mucha gente visitando el arco. Y nos equivocamos. El aparcamiento estaba lleno, y no se podía aparcar en el arcén por las cercanías, ya que estaba todo lleno de "no parking any time". No podíamos creerlo. Así que condujimos un poco por la carretera y encontramos un entrante lleno de arena donde había una caravana. Nos pusimos detrás de la caravana y buscamos a ver si veíamos alguna señal de prohibido aparcar. En eso, llegó un mini bus que se puso detrás y la conductora nos preguntó si ahí se podía aparcar. Le dijimos que no veíamos ningún cartel, así que decidimos dejar ahí ambos vehículos y unir así nuestros destinos de cara a la policía.
La subida hasta el Delicate Arch también se hace casi todo el tiempo sobre rocas, y es bastante larga. Pero al final, se obtiene la recompensa. Como era de esperar a tenor de la cantidad de coches que había en el aparcamiento, la zona donde se encuentra el arco estaba bastante llena de gente. Estuvimos un buen rato contemplando el arco a la par que descansando, ya que llevábamos un día bastante duro.
Hacía bastante viento y a ratos un poco de frío, ya que el sol empezaba a bajar, así que tras una buena sesión de fotos, reemprendimos la vuelta. Una vez más, la bajada fue mucho más ligera que la subida, y se nos hizo casi corta. De ahí volvimos a Moab, hicimos el check-in en el motel que el día anterior no nos había dado disponibilidad y nos dimos una ducha, que fue casi el mejor momento de todo el día, ya que estábamos llenos de arena por todas partes.
Dead Horse Point y Canyonlands National Park Estos dos parques se encuentran también cerca de Moab. Comenzamos visitando el Dead Horse Point State Park, en el que no nos sirvió el pase anual que habíamos comprado ya que no se trata de un parque nacional, así que tuvimos que pagar los diez dólares de rigor. Comenzamos parando en el Visitor Center, desde donde ya pudimos hacernos una idea de lo que era la zona: una gran panorámica de un cañón y su correspondiente río al fondo. Hicimos dos paradas más, en el Meander Overllook, donde se veía un gran meandro provocado por el río, y el Dead Horse Point Overlook. Más tarde comprobamos que tanto este parque, como el de Canyonlands que vimos después, tenían un cierto parecido al más famoso Gran Cañón del río Colorado. No en vano, el río Colorado es el gran protagonista de los tres. Pero la primera gran vista panorámica de este tipo de accidentes geográficos tan espectaculares la vimos aquí.
En nuestro camino al parque Canyonlands nos encontramos con una chica haciendo autostop con una mochila. Decidimos parar y recogerla, ya que había montones de nubes y estaba empezando a llover. Desgraciadamente para ella solo pudimos llevarla unas millas más adelante, porque nuestros caminos se separaban, pero le dio tiempo a contarnos que era una chica francesa que se había tomado un año sabático para recorrer América de norte a sur. Le deseamos todo el éxito del mundo y la dejamos en medio de la carretera esperando que alguien la llevase a Moab.
El Canyonlands National Park sí es un parque nacional, como su propio nombre indica, y allí pudimos enseñar nuestra tarjeta mágica para entrar. Este gran parque-cañón está formado por la confluencia de los ríos Colorado y Green, lo que hace que tenga dos puntos de visita: el del norte se llama Island in the Sky y el del sur The Needles. La distancia entre ambas entradas es considerable, así que habíamos decidido visitar solamente la zona de Island in the Sky.
Comenzamos yendo hasta el final de la carretera y parando en el Grand View Point Overlook, donde como su propio nombre indica, se obtiene una gran vista de la zona. Nos pareció sencillamente espectacular la vista desde ahí. Tanto fue así, que días más tarde, el Gran Cañón, que se suponía iba a ser uno de los puntos importantes del viaje, nos pareció que quedaba deslucido después de ver Canyonlands; y es que perdimos todo el efecto sorpresa, que por supuesto disfrutamos aquí.
Como en ese momento no llovía, hicimos una pequeña caminata bordeando parte del cañón por una zona que tenía unos precipicios impresionantes.
Tras esto hicimos dos pequeñas paradas en el Buck Canyon Overlook y en el Candlestick Tower Overlook. En este segundo se puede ver una formación que se ha quedado separada del resto y que es muy llamativa. Después continuamos hasta el Green River Overlook, donde comenzó a llover con decisión. Nos quedaban un par de puntos en los que queríamos parar, pero decidimos que no merecía la pena si casi no íbamos a poder bajarnos del coche. Así que pusimos rumbo a Arizona, un poco con la pena de no haber podido disfrutar más estos dos parques por el mal tiempo, un poco con la alegría de haberlos visto y habernos maravillado con las panorámicas que ambos ofrecen.
Ese día habíamos reservado para dormir en el Mexican Hat Lodge, un sitio cercano a Monument Valley y del que habíamos leído que se cenaba buena carne a la brasa. Tras unas cuantas horas de coche nos acercamos a nuestro destino, pero como todavía había varias horas de luz, decidimos aprovechar el tiempo antes de ir al lodge.
Comenzamos visitando el Valley of the Gods, del que habíamos leído que era muy parecido a Monument Valley pero con pocos coches. Para visitarlo había que hacer una ruta por carretera sin asfaltar pero que era factible para un coche normal. Así que nos armamos de valor y entramos. Lo primero que nos encontramos fue una pequeña vaguada con agua. Tuvimos la duda de si atravesarlo o no, pero vimos que no era honda y nos lanzamos. Pasamos sin problema, pero el temor que teníamos era que no habíamos hecho más que empezar y no sabíamos lo que nos íbamos a encontrar más adelante. Lo que nos encontramos más adelante fue una carretera sin asfaltar bastante lisa y en la que salvo en alguna bajada pronunciada, no tuvimos ningún problema. Nada que ver con la desastrosa carretera que nos encontraríamos al día siguiente en Monument Valley. La zona de Valley of the Gods es menos espectacular que Monument Valley, pero es cierto que este último está lleno de coches y por el Valle de los Dioses nos cruzamos solamente con tres automóviles.
Una vez hicimos todo el recorrido y admiramos las curiosas formaciones rocosas que hay por doquier, decidimos continuar viendo cosas antes de ir a Mexican Hat.
La siguiente parada fue Muley Point Overlook. Situado en lo alto de una montaña, para llegar allí tuvimos que subir una interminable y empinada carretera, toda ella llena de curvas en forma de “s”. La mayor parte del camino estaba también sin asfaltar, pero toda la carretera estaba muy bien aplanada. Mientras se va ascendiendo hay una inmejorables vistas del Valley of the Gods. Y una vez se llega al Muley Point Overlook, también hay una panorámica espectacular de la zona, ya que se está en lo alto de una montaña.
De ahí fuimos a Goosenecks, donde hay otro mirador del meandro formado en esta ocasión por el río San Juan. En estas tres visitas nos cruzamos con muy pocos coches, no sabemos si porque ya estaba atardeciendo o porque están un poco alejadas del circuito turístico habitual, pero a nosotros nos pareció que era una zona bastante espectacular.
Y finalmente tocaba ir a Mexican Hat, pequeña población llamada así por una formación rocosa en forma de sombrero mexicano que hay a la entrada.
Una vez en el lodge en el que teníamos la reserva, degustamos una hamburguesa y un entrecot hechos a la parrilla que estaban exquisitos. La parrilla de este sitio es muy curiosa, porque tienen un fuego más fuerte de lo que sería habitual para hacer la carne, pero la parrilla es un balancín, con lo que la carne va constantemente entrando y saliendo en el fuego.
Un sitio a tener en cuenta si se va por la zona (como curiosidad diremos que en el interior de la entrada tienen una foto a tamaño natural de John Wayne: sin duda estábamos en territorio vaquero).
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